Mientras entraba en la fábrica, recordé cómo en el patio comíamos Bollycaos, Phoskitos y dulces de la Pantera Rosa. En los noventa nos prometimos que, cuando fuésemos mayores, fabricaríamos nuestros propios pasteles. Por eso, había alquilado aquella fábrica de dulces artesanal para el puente de la constitución. Nadie de nosotras había seguido el camino de …