No le pregunté por qué siempre iba con aquellos zapatos agujereados. Cuando se los sacaba, podía ver sus pies deformes. Me quedaba absorta observándolos y pensaba si la artrosis sería hereditaria. Nunca supe si las ganas de trabajar que tenía se debían a una deuda con su pasado. A pesar de su edad, se mantenía …