La ene se quita el sombrero y te acaricia No es quimera, aunque te ha salido un chichón por la caricia brusca de la tierra te freiría un buñuelo con chocolate para tomar a la hora del desayuno. Siéntate y hablemos, un quejido rompe el aire, hay hombres insaciables segando, es un mal año para el entendimiento, tu mirada se hunde y se esconde. No pongas fronteras que la historia enseña a aprender. No cojas la parte que te interesa, un sentimiento no se puede romper. La ene y la griega iban unidas y unidas seguirán, el ensueño te vence. La grafía se separa y se pone el sombrero. ¡Adiós! ¿No quieres decir hasta pronto? Tres ramas se enfilan, tu mujer me guiña el ojo mientras la tuya estaba picando. Desde el exilio, Oñar, todo toma otro color, blanco de luna es este baño que me rodea, miro por la cerradura y veo una estrella fugaz que cruza el cielo. Ya no me hace ningún daño. ¡Entendimiento! La Tierra continúa girando.
®Helena Sauras
Curvas de sangre o 28 poemas feministas
Fonema ñ
