De mi puño naciste débil y temblorosa, ¡tan tímida en un principio! Nunca sobre papel mojado caíste te conservo firme y poderosa en mi vivo recuerdo. No me olvides en mi muñeca de niña traviesa al viento, sin tu nombre no soy yo, no soy nadie, no siento. Mis dedos te recorren sin cansancio caricias …