Me vuelven a hacer varias preguntas, que disparan mis latidos. Al final, me arrojo al suelo de rodillas y le digo al policía: ―Señor, yo no he hecho nada. Mírame, no tengo fuerzas para arrastrar un cadáver. Espero que mis palabras causen el efecto que busco. Mi cuerpo es menudo, comparado con el de …