El mundo se ha convertido en un pañuelo, que me aprieta alrededor del cuello. Mis alumnos se pensarán que soy tonta, o muda, pues no he pronunciado palabra desde que Luz ha entrado en el aula. No puedo dejar de observarla porque, aunque intento desviar mi mirada, mis ojos acaban fijándose en ella inevitablemente. Está …